La ilusión del sinsentido Del mismo modo, opinar que tu vida o la vida por norma general carece de sentido puede ocasionarte angustia y desesperanza, y por ende, ansiedad. Es opinar que las cosas suceden por al azar y que su vida bien podría ser omitida por la raza humana.
¿Soy responsable de de qué forma soy? ¿Se puede salir de la depresión? ¿De qué manera sobrepasar la ansiedad? ¿Hay maneras de sobrepasar la adicción a las drogas o a Internet? ¿Qué puede llevar a cabo la familia de un individuo con un trastorno mental? ¿Cuándo precisas un médico, un sicólogo o un sacerdote? ¿Es el sexo un proyecto anticuado, un juego o un tabú? Estas son ciertas cuestiones que Wenceslao Vial –médico, sacerdote y instructor de psicología y vida espiritual en la Facultad de la Santa Cruz de Roma– responde en su libro «Psicología y vida cristiana. Precaución de la salud psicológica y espiritual. ZENIT lo entrevistó para reforzar en ciertos puntos de este tema.
¿De qué forma se relacionan la salud, la patología y la vida espiritual? –Instructor Vial: La salud y la vida espiritual están íntimamente similares, gracias a la increíble unidad de los humanos, en sus dimensiones física, mental y espiritual. La patología psicofísica perjudica la esfera espiritual, si bien no siempre, en tanto que bastante gente con la salud estropeada medran en su relación con el resto y con Dios, repletas de paz. Para comprender esto, es útil la comparación de Santurrón Tomás, donde el espíritu sería como un músico y el cuerpo su instrumento. El músico, el espíritu humano, si bien no esté enfermo, puede ser inútil de interpretar la armonía si el instrumento desafina o se rompe. Muy de forma frecuente, no obstante, el espíritu sobrepasa las restricciones del instrumento y toca magníficamente. En las situaciones graves, en los que este espíritu no llega a manifestarse, como en varias demencias y nosologías con deterioro esencial de el intelecto y de la intención, una vida espiritual antes rica puede proseguir dando frutos, si bien no sea aparente exteriormente. No solo el enfermo se aproxima y medra a Dios, sino más bien asimismo los que lo cuidan y lo cuidan con cariño. Asimismo hay una patología que perjudica al espíritu: dejar la búsqueda del sentido de la presencia o negarlo a priori; Deja de preguntarte por qué razón existimos en un cosmos ordenado, excluye arbitrariamente a Dios y piensa que eres autosuficiente. Estas son las raíces del pecado, la incoherencia escencial que perjudica el confort general. Qué bueno es proteger el cuerpo y el alma, para ser útil mejor a Dios y a el resto.
Hay algo tan poderoso en la respiración
Dios no es indiferente a lidiar con la obscuridad y el caos. Al comienzo, en Génesis 1, leemos que la tierra se encontraba vacía y obscura, era “una sopa de nada” (MSG). Había “caos y desperdicio” (TLV). Dios no evitó este caos ni dio la espalda a las tinieblas, sino decidió hundirse completamente en ellas. Escogió vivir en la mitad del caos, el caos y el desperdicio, y con todo eso creó algo positivo, algo realmente bueno.
Leemos en Génesis 1 que el Espíritu, en hebreo “Ruach”, que en nuestro idioma sería el soplo de Dios, se movió sobre este caos y obscuridad y creó un orden, y no solo un orden, sino más bien un óptimo orden. .
Síntomas físicos:
- Tipo cardiovascular: Incremento del ritmo cardiaco o palpitaciones fuertes.
- Incremento de la sudoración corporal o presencia de capítulos de escalofríos (cambios en la temperatura corporal).
- De tipo respiratorio, como sensación de ahogo o contrariedad para respirar. Y opresión o malestar en el pecho o región pectoral.
- De tipo gastrointestinal, como náuseas o afecciones en la región abdominal.
- Puede perjudicar al lote sexual de la pareja oa las pretensiones de nuestra persona y su contestación sexual (eyaculación precoz, impotencia o falta de deseo sexual).
- De carácter neuromuscular, como la tensión muscular y la aparición de dolores anatómicos (contracturas). Es común sufrir bruxismo, mal mandibular, cefalea, nuca y rigidez, aparte de la existencia de temblores o espasmos en ciertas extremidades. Asimismo es viable el avance de parestesias (entumecimiento, hormigueo en algunas extremidades o falta de irrigación)
- Incremento de la sensación de inestabilidad, mareos o entumecimiento. Perjudica la aptitud de meditar, concentrarse y la memoria.
- Capítulos de desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (sentirse fuera de sí).
- Puede perjudicar la aptitud para efectuar cualquier actividad que requiera cuidado de la atención, reduciendo la eficacia y, por su parte, generando un sentimiento de frustración.
- Aparición desmandada de determinados temores y pensamientos negativos. Por poner un ejemplo, un temor desproporcionado a fallecer o perder el control de ocasiones en las que se adelanta riesgo o amenaza.
- Sentimientos polarizados y cambios bruscos de humor. Capítulos de labilidad sensible y inclinación al llanto. O tristeza y capítulos de risa inquieta.
- Estado anímico perjudicado o apatía. Y capítulos de irritabilidad