Dad, y se les va a dar; medida buena, apretada, remecida y rebosante les echarán en el seno; por el hecho de que con exactamente la misma medida con que ellos miden, les volverán a medir.
Da y vas a recibir. Lo que das a el resto te lo van a devolver íntegro: exprimido, sacudido para dejar ubicación a mucho más, rebosante y vertido en tu regazo. La cantidad que dan determinará la cantidad que reciben a cambio. Lucas 6:38
Meses atrás tuve el privilegio de viajar a Portugal por vez primera. Me invitaron a charlar en múltiples acontecimientos, pero aproveché a fin de que Celeste, mi hija mayor, viniese conmigo a festejar su cumpleaños allí. En los únicos un par de días libres que teníamos, decidimos llevar a cabo cosas turísticas para explotar el tiempo al límite. Entonces fuimos a conocer un magnífico castillo viejo; tenía murallas y muros de protección a los que se podía subir para contemplar el paisaje. Había varios sitios donde se podía llevar a cabo esto, y mi hija, que es súper aventurera, deseaba subirlos todos, lo que significaba un sinnúmero de peldaños. Ella tiene 17 años y yo 41, conque la proseguí lo destacado que pude, intentando de proseguirle el paso. En el momento en que llegamos a la última curva, me levanté exhausto, me costaba respirar. En ese instante ella me miró realmente seria y me ha dicho: “Papá, andas viejo. Debes realizar algo para cuidarte.” ¡No podía opinar lo que me afirmaba mi hija! Pero sus expresiones despertaron algo en mí, al punto que desde el momento en que retorné no he dejado de proceder a la el gimnasio y ponerme en forma. Es un sacrificio, pues desde ese momento vivo con dolores musculares. Si pasaste por ello, comprendes de lo que hablo.
Versículo Concepto de Lucas 6: 38 “Dad, y se les va a dar”
Es suficiente con echar una ojeada a los pasajes que cubren el versículo 38.
Lucas 6,36 – 42:
Lectio Divina by Liliana Barría de Panamá
1. Invocación del Espíritu Beato
¡Oh Espíritu Beato!, alma de mi alma, te adoro, ilumíname, guíame, fortaléceme, consuélame, dime qué realizar, mándame.
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¿Por qué razón nos llama a una acción tan extrema?
Por el hecho de que como hijos de Dios debemos tratar a el resto como Él los trata, por el hecho de que que «él es bondadoso con los desagradecidos y pésimos» (v. 35). El segundo aspecto a estimar es el tamaño de nuestro cubo. Cristo afirma que vamos a ser medidos según como midamos a el resto (v. 38). Pero asimismo nos comunica que no aguardemos recompensa de esos a quienes intentamos con amabilidad (v. 35).
La recompensa final por nuestra actitud cariñosa y clemente va a venir, no de ellos, sino más bien del Altísimo.