Hermanos, no habléis mal del resto. Quien charla mal de otro, o lo critica, es tal y como si criticara la ley de Dios, o hablara mal de ella. Lo que tienes que realizar es obedecer la ley de Dios, no criticarla.
Charlar mal es afín a la calumnia o al chisme, que o sea algo de alguien que daña su buen nombre o reputación. La Biblia afirma que la lengua es como el fuego, y el fuego puede ser destructivo. (ver Santiago 3:6) Si oímos blasfemias, calumnias o chimentos, debemos terminar a ello y no oír ni formar parte.
Tito (3:2 Good News Translation) nos comunica de qué forma debemos accionar: “Diles que no charlen mal de absolutamente nadie, sino sean pacíficos y amistosos, y siempre y en todo momento hagan ver una actitud amable con todos”
¿Por qué razón charlamos mal del resto?
- Por el hecho de que no somos contentos.
- Por carecer de autovaloración y asimismo por Dios
- Por furia interior.
- Ser el centro de atención.
- Manejar a el resto.
- Por envidia de los dones del resto.
- Ser esclavos de nuestras ideas.
- Para acrecentar nuestra popularidad.
- Conformar un conjunto aislando a la persona de la que se habla mal. Asimismo puedes ser un aliado para dañar a alguien.
- Chismear sobre el resto es ir a la contra de la bendición del cielo. El Señor nos creó para bendecir, no para condenar.
- No hablar. El diálogo es hablarte a la cara y no a tus espaldas.
- Charlar del resto nos hace sentir “justos” y nos ofrece una falsa seguridad, pero nos distancia del mandamiento de amor de Jesús que nos comunica “no evaluar para no ser juzgados”, esto es, ser libres .
- Antes de juzgarte mírate al espéculo, examina tu conciencia.
- Recuerda tus errores y el cariño de Cristo que murió por nosotros en la cruz.
- Muérdete la lengua.
- Continúa en silencio frente Dios.
- Busca lo positivo en la gente, no lo negativo.
- Rezar por la persona calumniada.
- Sé sutil en la preservación de los misterios del corazón que otros te confían.
- Sé testigo de la luz, la alegría y el cariño en tu vida.
- Pregúntate qué hiciste tú por Cristo, qué debemos realizar nosotros por Cristo.
- diez. Confesión por los errores de la “lengua” que destrozan la paz, la alegría y la unidad entre la gente.
- 11. Meditar en la Palabra de Dios, que es medicina de nuestras expresiones.
- Invoca a la Virgen del Silencio a fin de que nos asista en este sendero.
¿Qué afirma la Biblia sobre la gente que charlan a tus espaldas?
El peor mal que tienen los calumniadores es que no charlan de solo una persona, sino más bien de todas y cada una. Si alguien se te acerca para contarte chimentos, esa persona asimismo va a hacer lo mismo contigo, esto es, le va a contar a la otra persona tus descalabros.
Seamos como Cristo, que pese a comprender que Judas era un ladrón, un calumniador y que lo iba a traicionar, vivió con él. Pues este género de persona es que se requiere para nuestros procesos.