4 Deléitate en Jehová, y él te concederá los deseos de tu corazón. 5 Confía al Señor tu sendero y confía en él, y él lo va a hacer. 6 Y vuestra justicia se manifestará como la luz, y vuestra justicia como el mediodía.
Deléitate en el SEÑOR, y él te concederá los deseos de tu corazón. Cánticos:37:4
Reflexión El Señor nos sugiere ir a disfrutar en Él. Recrearse y recrearse en Él es vivir de conformidad con Su palabra y llevarlo a cabo con alegría de corazón.
Deléitate en la clemencia y compasión de Dios
La abundante clemencia de Dios es algo que jamás comprenderé completamente. Ya que es misericordioso, tenemos la posibilidad de estar frente él mucho más blancos que la nieve bajo la sangre pura de Cristo. No sé ustedes, pero yo sé que no merezco la clemencia de Dios ni la compasión de Cristo. “Venid en este momento y estemos a cuenta,” afirma el Señor, “si nuestros errores fueren como la grana, como la nieve van a ser emblanquecidos…” (Isaías 1:18). Sé la mujer vergonzosa en que me hubiese transformado sin la clemencia salvadora de Cristo. Y me sorprende que Él salve a un pecador como yo. ¿Y tu?
Deléitate en la asistencia de Dios
En el momento en que escuchas que Dios te ordena que te recrees en Él, podrías tener la tentación de meditar, es preferible que me levante las botas religiosas y descubra de qué manera gozar de Dios. Dios. Pero Dios no desea que te recrees en Él por deber. Mucho más bien, cualquier cosa que Dios ordene a los cristianos que hagan, Él siempre y en todo momento da no solamente la aptitud sino más bien asimismo la unción para llevarlo a cabo.
Inspírate con esta promesa que está en Filipenses 2:13: «Pues Dios es quien en nosotros genera de esta forma el estimar como el realizar, por su buena intención». Y anímate con las expresiones del apóstol Pablo: “Estando seguro de esto, el que empezó en nosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6)
tú mismo en la asistencia de Dios
En el momento en que escuchas que Dios te ordena que te recrees en Él, puedes tener la tentación de meditar, mejor me levanto por mi cuenta y descubro de qué manera gozar de Dios. Pero Dios no desea que te recrees en Él por deber. Mucho más bien, cualquier cosa que Dios ordene a los cristianos que hagan, Él siempre y en todo momento da no solamente la aptitud sino más bien asimismo la unción para llevarlo a cabo.
Inspírate con esta promesa que está en Filipenses 2:13: “Pues Dios es quien en nosotros genera de esta manera el estimar como el realizar, por su buena intención”. Y anímate con las expresiones del Apóstol Pablo: “Estad seguros de que el que empezó en nosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6).