La Renga comenzó realizando ediciones de temas de conjuntos como Creedence, Vox Dei y Manal, entre otros muchos. El nombre brotó como una referencia a la temporada, donde daba la sensación de que siempre y en todo momento hacía falta algo para ir por buen sendero.
Las pasiones compartidas son mucho más lindas, ¿y qué mejor que llevarlo a cabo con tus hijos? Un vídeo de un padre contándole la crónica de los principios de La Renga a su hija se volvió viral. Lo interesante es que para capturar la atención de la pequeña, actuó tal y como si fuera un cuento infantil y hasta con un español neutro propio de los dibujos animados.
Este es Tom Blu, cantante y guitarrista del conjunto Kaney, quien es fanático de la banda que se presentó en 1988 en Mataderos. A lo largo del relato, el hombre señala de qué manera fue en el momento en que Gustavo ‘Chizzo’ Nápoli, Raúl ‘Disparidad’ Dilelio, y los hermanos Jorge ‘Tanque’ y Gabriel ‘Tete’ Iglesias se juntaron para efectuar un espectáculo para familiares y amigos el 31 de diciembre de ese año.
Banquete Salteño
Estatic, la banda de Celeste Martín, abrió la día cerca de las 8 de la noche, tocando para los madrugadores. Presentaron las canciones de su álbum debut publicadas en las interfaces. A las 9 de la noche, Perro Ciego subió al mega ámbito mientras que caía una rápida llovizna y a lo lejos aparecían relámpagos, lo que nos logró meditar lo malo. Salchi, Gamba, el Pelado y Jopo se magnifican en estas ocasiones. “Letras Rojas”, la bella “Singing Jazz” y “Plagas” llegaron al comienzo del equipo. Los seguidores de Perro se escucharon cantar, celebrar y aplaudir. Quien los escuche por vez primera va a haber descubierto una increíble banda de rock y blues que, sendero de los 35 años de carrera, suena inigualable. Tete subió a observarlos desde un costado del ámbito, si bien en esta ocasión Salchi no subió a tocar con La Renga, como sucedió en Gimnasia y Tiro aquella fría noche de 2007. Días después, el artista salteño contaría un medio local, que comentando con los de Mataderos le recordaron aquel recital con agua de nieve y que recibió sus felicidades pues “toda vez que vienen al norte, Perro Ciego prosigue soportando el rock and roll”. Después de 40 minutos cerraron con fuertes aplausos con el himno «Sleepy x 8». El que cuenta la narración de muchos NOA y bandas de country que no son ni van a ser jamás La Renga: “Te llaman realmente bien, rock and roll/cute pero ahora se terminó. Una noche mucho más y de nuevo cargamos y ahorramos”. Para entonces la mayor parte ahora había entrado y había una marea de gente.
Para La Renga, el espectáculo de la semana previo en Punilla marcó el regreso a los niveles de Argentina tras prácticamente 4 años tocando en el exterior, en espectáculos sorpresa en CABA y por uso contínuo a lo largo del confinamiento por la pandemia. El disco Distanciado de la Red fue la explicación a fin de que la banda encendiese motores y regresara a las sendas argentinas. Es su décimo álbum de estudio, sustituto de Pesados vestigios de 2014. Padeció el parón de la pandemia desde el momento en que avanzaron desde 2019.
Álbumes de estudio
- 1991 – Sorteando charcos
- 1993 – Donde me lleve la vida
- 1996 – Despedazado en mil trozos
- 1998 – Renga
- 2000 – La esquina del infinito
- 2003 – Detonador de sueños
- 2006 – Truenotierra
- 2010 – algún rayo
- 2014 – huellas pesadas (txagb_14)
Gustavo Chizzo Názozo y Guitarra (1988-presente)
) Manuel Manu Varela: Saxofón y Armónica (1994) -presente)
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“Espectáculo do panic” se encuentra dentro de las promociones de música lírica mucho más pobres de La Renga. No es la animalia freudiana, como defendía Nicolás Rosa en 2006. Es, en cualquier caso, la bastardización fálica que precisa este imaginario. El león, los dinosaurios, el oso, zoofobia paisajística. O peor aún, la miniaturización de la tracción animal. De eso se habla la transgresión: de transformarse en alguien mucho más que fué desarrollado, ahora predeterminado. La auténtica separación del hilo plateado es el monstruo. El doblemente censurado Ricardio Iorio afirma que en este país hay 2 cosas que están prohibidas: “…llevar a cabo”, primeramente; y no estimar matar al monstruo. A la barbaridad de Trilando la fina le dedicó 2 preciosas canciones: “Muere monstruo muere” (oda al campismo rural de estilo turístico, locus amoenus que quita la impureza del paisaje) y “Se me vies voltar” (regreso del monstruo en su cara no regulada, pero con una señal de observación). La barbaridad es la única contestación a la «amenaza a la seguridad» de «peligro cero», como afirma Badiou en Elogio del amor. Todo lo demás es charlatanería. Es un juego mundial pequeñoburgués estandarizado en el régimen filomoralizante. O sea, de todo el mundo que aceptó que solamente puede (en concepto de poder, intención de poder) es contenerse, controlarse, ablandarse en la transgresión.
La contestación de Milei a la declaración de La Renga es breve. Muy pesado. Especial. El inconveniente del rock “…en todo el planeta” o “…en todo el sendero” es su exceso. Esto, en términos no hegelianos, lleva por nombre: esthesis. Hablamos de ti, cariño. El exceso de trabajo supone la dimensión real. Milei gana dinero para bastantes: Paladini, Fundación Independencia, Atlas Network, Direct televisión y las compañías prosiguen. Qué exceso, entonces, que el alegato paisajístico teñido por la autonomía del rock, sea abofeteado por el auténtico monstruo, por nuestro títere del bloque libertario. En este momento La Renga asimismo gana bastante dinero, despreocúpate. Miley lo logró. Lo volvió a llevar a cabo, lo hizo con la serpiente de Metallica en sus banderas, en el mes que festejamos un nuevo aniversario de… Y justicia para todos. Que hermosura. Sol, hermosura, explicó Borges. De esta manera, el trasnochado que se siente partido, amanece como una hormiga, como una larva, como un «barro, quizás». La precisa barbaridad que le pide el presente al arco (miserable) de la política argentina pasa por un asombroso fenómeno de muy, muy alta sensibilidad para emprender el tren espectro: Milei permite un enfrentamiento que la izquierda plácida de FIT-U (siempre y en todo momento escaló como mucho prominente) del Pony, en su función ecuestre oportunista y cero programática) y la masonería albertista ignora o se niega a admitir: requerimos, pequeños y pequeñas, otro monstruo.