Tus escenarios de energía bajan. Tu cerebro prosigue provocando pensamientos y niveles improductivos. «El ahínco mental, en el momento en que no posee salida, se regresa cansador y cansador pues pasas un buen tiempo en tu cabeza», enseña Price.
La rumiación del pensamiento, asimismo famosa como pensamiento obsesivo o circular, radica en fijarse en solo una iniciativa, a la que se le da vueltas y vueltas a lo largo de largos periodos de tiempo. El tema es negativo y hace aparición en instantes de agobio o al lado de anomalías de la salud como la depresión o la ansiedad. Desarrollan afecciones a quienes la sufren y, al procurar frenarlas, aun incrementan. La asistencia sicológica es primordial en su régimen.
Nuestras conmuevas y nuestros pensamientos no solo son una sección esencial de nuestra vida, sino más bien ineludibles. Sentimos y pensamos en todo el día, si bien no seamos siendo conscientes de ello. Pasa inadvertido por el cambio de enfoque de nuestro entendimiento: no puede atender todos y cada uno de los estímulos al unísono y escoge esos que considera esenciales en ese instante. En el momento en que brotan pensamientos obsesivos, nuestro primer impulso es estimar detenerlos, algo que es realmente difícil. Nuestro entendimiento no deja de generar y, al estimar supervisar lo incontrolable, nos frustramos, estamos responsables y incrementa la ansiedad. Nos predisponemos a seguir con el círculo vicioso, que asimismo se retroalimenta de lo que vivimos en ese instante. Para comprender, pensemos en lo siguiente: si tengo una botella de agua vacía y trato de sumergirla en agua, el aire de adentro nos lo pone bien difícil. Debemos pelear y combatir por algo que no vamos a hallar. Esperar que una botella vacía está en el fondo del agua es como esperar que nuestro entendimiento deja de meditar; Solo va a hacer que nos sintamos cansados y frustrados.
¿De qué manera es un concepto obsesiva?
¿Exactamente en qué radica un concepto obsesiva? Si un individuo desea sacarse un pensamiento de la cabeza, lo que puede llevar a cabo es intentar no meditar en ello. La verdad es que mediante esta estrategia tenemos la posibilidad de poder todo lo opuesto. No imaginar un elefante rosa, por poner un ejemplo, se transforma en una labor bien difícil cuanto más esencial es sacártelo de la cabeza.
La diferencia entre, deseo meditar en un elefante rosa y NO QUIERO meditar en un elefante rosa, es el NO que se pone al comienzo de la oración, entonces es habitual meditar y ya que trata de no llevarlo a cabo… difícil.
Aceptar pensamientos intrusivos (solo por tiempo con limite)
Nos obsesionamos tanto con no tener algunos pensamientos que nuestra cabeza los reitera constantemente. Un caso de muestra es ese habitual juego que practican los jovenes y alumnos de primer año de psicología, en el que se instruye a un compañero de clase a fin de que no piense en un oso blanco. ¿Qué asimismo te vino a la cabeza y ahora lo visualizaste?
La solución mucho más fácil para eludir que los pensamientos intrusivos se apoderen de ellos es dejarlos pasar unos segundos y después soltarlos sin que nuestra cabeza lo interprete como una opresión.
4 – Charla con un óptimo amigo
Alguien comprensivo y de seguridad para desquitarse y recibir consejos. Esta persona ha de ser con la capacidad de meditar objetivamente y no hacerte sentir peor. Tampoco puedes abusar de esta estrategia para no terminar fatigando a tu amigo.
Redactar te va a ayudar a ordenar tus ideas y ofrecer sentido a varios de tus pensamientos.