Esto pasa en el momento en que los recuerdos personales preocupantes y no amigables del trauma se muestran espontáneamente en la cabeza. La gente con trastornos de ansiedad asimismo tienden a tener prejuicios al rememorar su pasado personal.
Un balcón en La capital española. Fotografía: Federico Jordá.
Vivimos apartados, pero es realmente difícil abstraerse de lo que pasa, de la premonición de lo que aún puede pasar. Es bien difícil realizar matemáticas o contestar mails, o atender temas de la oficina, o concentrarse en la lectura o atender lo que te dicen tus hijos, tu pareja. En estos días, mucho más que jamás, me cuesta redactar. Introduciendo esta crónica. Me pierdo en extrañas experiencias. Los recuerdos escalan por las paredes de mi casa y me llevan a mi abuela ahora aquel simple hotel de la sierra madrileña donde pasé mi niñez feliz. Esperemos que todo cuanto nos pase sea un ‘sitio de paso, de bastante paso’.
Muchas personas se pregunta: ¿pude haber vivido por un trauma infantil y no saberlo? La contestación, si bien matizada, es sí. Sí, es posible que algún acontecimiento traumático (o múltiples) de tu niñez haya dejado una huella en tu vida adulta de la que no eres consciente.
Quizás el malestar sensible que padeces, o la carencia de autovaloración, o los asaltos de íra, o la mala administración de la frustración (según tu caso)… estén muy relacionados con un trauma de la niñez que te no se identifique, o de lo que sea tenuemente consciente pero tenga temor o vergüenza de expresarlo.
Los recuerdos son el perfume que pervive
El exitación es la flor que brota en el momento en que vivimos, estamos trabajando y hacemos. Con ellos edificamos cada día nuestra memoria, que va a ser el perfume que pervivirá. Los recuerdos mucho más contentos son los instantes que acabaron en el momento en que debían, sin estirarlos en el tiempo, sin estirarlos bastante…
De ahí que, no recordamos días, recordamos instantes. En consecuencia, debemos generar novedosas ocasiones constantemente. La riqueza de la vida está en los recuerdos que proseguimos formando. Accionar regularmente puede ser difícil, especialmente si nos encontramos apalancados en nuestra región de confort. No obstante, es requisito llevarlo a cabo para vivir con intensidad.
¿Por qué razón deberías eludir reprimir los recuerdos?
Saber la presencia de este mecanismo de opresión de la memoria debería llevarte a evitarlo.
Denegar el ingreso a tus recuerdos provoca que tu cabeza se acostumbre a tal desarrollo, lo que transporta a un exceso de sus funcionalidades.
¿Qué es un recuerdo?
Según su etimología, la palabra memoria procede de «re» que significa otra vez, y «cordis» que en nuestro idioma sería corazón: O sea, vendría a representar «pasar por el corazón otra vez». Algo que tenía bastante sentido en la antigüedad, en tanto que situaban la cabeza en el corazón. De este modo, un recuerdo sería sentir en la cabeza un hecho del pasado.
El recuerdo es una aptitud de memoria que nos deja guardar información, retenerla y devolverla al presente. Lo esencial de un recuerdo es la emoción o conmuevas que crea en el sujeto. Por servirnos de un ejemplo, en ocasiones un fragancia puede evocar un acontecimiento que experimentó anteriormente.