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Por qué me cuesta tanto dejar ir

¿Por qué razón no somos capaces de dejar caer? El inconveniente de dejar caer es que nos aferramos a algo. Entre las primordiales causas del padecimiento es el apego al pasado, a personas, ocasiones, situaciones o sitios que el día de hoy por el momento no hay como eran. No hay fuera, sino continúan íntegros en nosotros.

Llevando a la práctica el desapego

No sé si ahora habrás practicado responsablemente el desapego, lo que sí sé es que la gente que lo practican dicen sentirse sensacionalmente bien, relajados y que para bastantes para ellos es la clave de la alegría y experimentan una enorme liberación sensible en el momento en que la ponen en práctica.

Pero, ¿de qué manera tenemos la posibilidad de entrenar el desapego en nuestra vida día tras día? Mira estos tres consejos indispensables que te servirán para esto.

SOLTAR LO QUE NOS DUELE

Sí, de hecho, es una pregunta que puede parecer presuntuosa por lo amplia y extensa que es y por la fácil razón de que comprende muchas vivencias distintas. No obstante, esta pregunta nos transporta a meditar en distintas causas que nos dejan comprender por qué razón nos cuesta tanto dejar caer lo que nos hace mal, tal como tener pistas sobre de qué forma comenzar a dejar caer lo que no nos sirve. bueno para nosotros. :

Logramos hallar pistas en estos, por servirnos de un ejemplo, «mejor popular que bueno entender». Y sí, muchas veces, y frecuentemente por automatismos inconscientes, repetimos patrones que nos dañan pues son sencillamente reacciones que contamos frente ciertas ocasiones que nos son familiares.

¿De qué manera sabes cuándo es el instante de dejar caer?

Muchas son las situaciones o ocasiones que nos tienen la posibilidad de llevar a la necesidad de “dejar caer”.

  • Romper con una pareja o un amigo
  • Un cambio de trabajo.
  • Cambio de modo de vida o vivienda…
  • Cambio de preferencias: dejar un emprendimiento que se encontraba encima de la mesa.

Sobrepasa las esperanzas de tu corazón

No andas enamorado de esta persona. Andas enamorado de la historia que has desarrollado en tu cabeza. Todo cuanto ha dicho, todo cuanto logró, todo cuanto hicieron juntos, todo cuanto imaginó fue especial, o mucho más bien habría sido especial.

Era una película de fantasía. Es dependiente de ti admitir que no fue real y entender que si fuera real, probablemente no sería ni el diez% de lo que creaste. Aprende a admitir que varias personas no son correctas para ti. Que esta vida que parecía tan bella puede no ser nada.

Viviendo un desafío, yo? ¡pero en el final no éramos nada!

De la misma forma, por el hecho de que nuestro prácticamente algo no era precisamente tan claro o usual como las etiquetas sociales a las que nos encontramos familiarizados, del mismo modo, liberarnos de eso relación parecería no implicar una pérdida en sí tras todo: por qué razón padecer algo que no fue, algo que prácticamente fue. Solamente falso. En nuestro prácticamente algo, el “prácticamente” es escencial en el momento de distanciarse, por el hecho de que esa persona representa que no había esto, pero había aquello, y que lo que se encontraba por el momento no va a estar. Con independencia del vínculo que tenga existencia, lo cierto es que hubo un vínculo; y donde hay vínculo, hay pérdida; y donde hay pérdida por vínculo, probablemente halla luto.

Siguiendo con nuestro creador estrella sobre el cariño, Walter Riso nos comenta que, en contraste al desafío por la desaparición, para el desafío afectivo no hay una ruta popular clara sobre de qué forma dejar ir de esa persona Peor aún con prácticamente algo en el momento en que consideras que, por el hecho de que no era precisamente algo, no tienes idea realmente bien lo que te andas perdiendo.

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