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Dónde se filmó llanto maldito

El equipo de producción estuvo tres meses intentando encontrar locaciones para empezar a filmar, pero ninguna persuadió, con lo que eligieron hacer una cabaña en la mitad de un bosque situado en La Calera, Cundinamarca.

  • Apuntada por Andrés Beltrán, la película de terror Max Original inspirada en la historia de historia legendaria colombiana de La Tarumama, está interpretada por Andrés Londoño y Paula Castaño.

Entre las interfaces que mucho más está llamando la atención, HBO MAX anunció que la película colombiana LLANTO MALDITO se estrenará el viernes próximo 29 de octubre bajo la marca Max Originals para los individuos de América Latina, con la deber de proseguir sumando historias construídas y producidas por talento colombiano en la interfaz.

Terror que no amedrenta

Semeja visible que la película Tarumama (Grito Maldito) tiene un presupuesto con limite y tanto la escenificación como los efectos visuales son sutiles. Prácticamente toda la acción avanza dentro de una cabaña apartada al lado de un bosque (algo que jamás antes habíamos visto…) y el guion emplea sitios recurrentes para realizar seguir la acción, como los comunes ruidos nocturnos, el crujido de la madera o las visualizaciones espectrales. sin aparente lógica con el único propósito de hacer una atmósfera intrigante que desvíe nuestra atención de los pésimos diálogos y la corto construcción de los individuos. A propósito, la pareja personaje principal es bastante aborrecible y es bien difícil simpatizar con ellos en sus permanentes riñas o en la absurda toma de resoluciones que incrementa en la parte final. Para colmo, las actuaciones son sueltas y forzadas, con esa superflua inclinación a charlar en voz baja aun a plena luz del día.

Tarumama (Cursed Cry) es una película de terror sin nada destacable visualmente ni una migaja de singularidad en la trama que, además de esto, adolece de un ritmo indefinido que cuesta arrancar en su presentación y que no logra el dosis primordiales de tensión en instantes mucho más próximos al horror. Puedes hallar referencias a la pesadilla sobre la maternidad que fue Babadook (Jennifer Kent, 2014) o sentir la admiración del directivo por la aproximación al terror psicológico y también íntimo de Mike Flanagan, pero la iniciativa de Andrés Beltrán no termina de cuadrar. El único interés es llevar el terror a la cinematografía colombiana, que no es muy proclive al cine de género mucho más que a cineastas tradicionales como Jairo Pinilla o Luis Ospina. No obstante, las buenas pretenciones de exportar folclore desde el país de origen son deficientes y se desvanecen tras un drama personal sobre la pérdida de forma fácil identificable en un contexto en todo el mundo donde cada vez son mucho más los seguidores de un terror que no amedrenta.

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