?Varios me afirmarán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera diablos, y en tu nombre hicimos varios milagros? Y después les afirmaré: jamás los conocí; ¿Apartaos de mí, maleantes? Mateo 7:22-23.
Hace unos años Axl Rose, artista de Guns & Roses, nos invitaba a dejar de plañir con ese inigualable Don’t cry que, a lo largo de semanas, dominó las listas de éxitos de la temporada.
Nuestra intención el día de hoy es comunicar contigo los 25 libros que indudablemente van a sacar a resplandecer tu parte mucho más tierna y sensible. 25 libros para plañir. Nos encontramos seguros de que se transformarán en el compañero perfecto para esos días «grises» que todos atravesamos.
Salmo 32:diez
A pesar de que los hijos de Dios experimentan mal, siempre y en todo momento hay el cariño de Dios para apoyarlos. ¡O sea muy distinta para la gente que niegan en Él!
«Varios son los dolores del impío, pero la clemencia abraza a los que confían en el Señor.»
Isaías 26:3 «Tú guardarás en impecable paz a aquel cuyo pensamiento en ti persiste; pues en ti confió”.
Absolutamente nadie tiene la posibilidad de tener la paz de Dios hasta el momento en que primero esté en paz con Dios y los que nacen nuevamente tienen que tener esa paz (Romanos 5:1) por el hecho de que por el momento no están bajo condenación (Romanos 8:1 ). El que persiste «continúa» en Dios, Él asegura guardarlo «en completa paz». ¿Por qué razón? puedes soliciar. Es por el hecho de que confían en Él.
La seguridad o fe es el otro radical de la duda y el temor. Es tan simple tener instantes de tristeza en el momento en que separamos nuestra cabeza de las considerables y hermosas promesas de Dios y «por las que nos dio hermosas y enormes promesas, a fin de que por ellas llegaseis a ser competidores de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el planeta por medio de la concupiscencia” (2 Pedro 1,4) y todas estas promesas tiene su seguridad en Dios (2 Cor 1,20).
Jesús llora al notar la angustia de los que quiere
PD
María fue a donde se encontraba Jesús y, al verlo, se echó a sus pies y ha dicho: «Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría fallecido». Jesús, al verla plañir, y asimismo a los judíos que la acompañaban, conmovido y turbado, preguntó: «¿Dónde lo pusieron?» Ellos le respondieron: «Ven, Señor, y vas a ver». Y Jesús lloró. Los judíos afirmaron: «¡De qué forma lo amaba!» (Juan 11,32-36)