Las ánimas gemelas se reconocen por la mirada y el tacto de las manos. Es tal y como si cada uno de ellos se mirase al otro y se mirase a sí mismo”, afirma Estévez. Y advierte que “más allá de que la experiencia se pinta como algo mágico y fantástico, este fenómeno asimismo está repleto de óbices muy lacerantes.
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Predestinación, ánimas gemelas y karma
Charlar de ánimas gemelas, atracción imantada o amor a primer aspecto tienen la posibilidad de ser señales de que nos encontramos frente a una vigorosa relación kármica.
Si comprendemos el karma como un estudio del alma, tenemos la posibilidad de decir que las distintas relaciones que pasan por nuestra vida y marcan un sendero u otro son kármicas.
¿De qué forma admitir a un alma gemela?
2 ánimas gemelas, atraídas física y sexualmente, se adoran, se comprenden con solo mirarse a los ojos y también intuir a la perfección lo que el otro piensa, siente o precisa. Sus ánimas se charlan, se comprenden y vibran del mismo modo. Aun hay telepatía entre ellos. ¡Naturalmente que hay!
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¿De qué manera se siente tener una llama gemela?
Esta conexión es intensísima, como llegar a casa, un sentimiento de cooperación y de sentirse terminado pero al unísono realmente fuerte individualmente. Algo tal como magia, sincronización y acontecimientos incomprensibles que sobrepasan todo comprensión humano.
Encuentros kármicos y la continuidad vibrátil de las ánimas
Tras argumentar qué son las ánimas gemelas, es requisito realizar referencia a ámbas teorías espirituales que comentan su forma de interaccionar:
Según esta teoría, las ánimas gemelas ahora tenían una relación kármica anteriormente, esto es, que eran unidos por poderosos nudos de amor en vidas precedentes.
¿Requerimos a nuestra alma gemela para sentirnos terminados?
El pensador se refería a la herida simbólica que genera el deseo de plenitud y, aún el día de hoy, es común meditar en el cariño como solución a varios de nuestros inconvenientes personales. Esto es, tal como se interpreta el cariño romántico, se prosigue interpretando la unión cariñosa como un medio para llenar nuestras pretensiones vitales. Este alegato tan común, que como vimos tiene su origen hace cientos de años, pertence a las primeras causas de la concepción de la pareja como algo posesivo, ligado y manipulador.
Al fin y al cabo, un género de amor que termina llevándonos a la frustración, puesto que nuestras esperanzas y opiniones se fundamentan en misiones inaccesibles, formando una visión idealizada que no tenemos la posibilidad de mover ni imponer a nuestra pareja.