El malestar o mal espiritual se genera si tienes inquietudes o andas molesto con tus valores y sistemas de opiniones. Sucede en el momento en que un individuo no puede localizar fuentes de concepto, promesa, amor, paz, consuelo, fuerza o conexión en la vida.
La Biblia no charla de patología espiritual salvo en términos metafóricos. La patología espiritual puede considerarse como una falta de solidez de espíritu ocasionada por el pecado. Tal como la patología física desgasta el cuerpo físico, la patología espiritual desgasta el espíritu. Los descreídos están «espiritualmente enfermos» por el hecho de que están separados del Señor y precisan una relación con Jesucristo. En verdad, están mucho más que enfermos; están fallecidos «en nuestros delitos y errores» (Efesios 2:1). Los fieles asimismo tienen la posibilidad de estar espiritualmente enfermos en el sentido de vivir en pecado no confesado o no buscar el desarrollo espiritual personal.
La Biblia fomenta lo que es espiritualmente enriquecedor frente a eso que nos enfermaría espiritualmente: “El miedo de Jehová es para vida” (Proverbios 19:23). Y, “Precisamente el justo encontrará la vida, pero el que prosigue el mal encontrará la desaparición” (Proverbios 11:19). «El entrenamiento físico es de algún valor», afirma Pablo, «pero la piedad lo vale todo, pues tiene promesa tanto para la vida presente para la venidera» (1 Timoteo 4:8). La piedad, la justicia y el miedo del Señor son el antídoto para la patología espiritual.
Detallar una práctica espiritual día tras día
Varios de estos óbices espirituales brotan de nuestra naturaleza inferior, con lo que una manera de superarlos es detallar una práctica espiritual día tras día, que cambia con regularidad nuestro enfoque hacia una mayor nivel superior nivel de conciencia. Tenemos la posibilidad de conseguir un propósito alto por medio de la adquisición de virtudes y mejores espirituales, según Abdu’l-Bahá:
¿Por qué razón medios puede el hombre comprar estas cosas? Primero, a través del conocimiento de 2. Segundo, a través del amor de Dios. Tercero, por medio de la fe. Cuarto, mediante proyectos filantrópicas. Quinto, a través del autosacrificio. Sexto, a través del desapego de este planeta. Séptimo, por medio de la santidad y la bienaventuranza.
Ocultamos nuestra alma
En distintas etnias, la nosología se define como un vestigio de la pérdida del alma. En verdad, la pérdida del alma puede suceder mediante vivencias traumáticas como el desafío, la guerra o el abuso.
Pero, la pérdida del alma todavía puede ser el resultado de una falta de autoaceptación o sentimientos de inutilidad y vergüenza. Tendemos a esconder aquellas unas partes de nosotros que nuestra cultura o familia no hallan admisibles. Esto va a dar como resultado una división del nodo.
¿Qué es la salud espiritual?
La Organización Mundial de la Salud define la salud como: “un estado de terminado confort físico, mental y popular y no únicamente la sepa de dolencias o anomalías de la salud”. Esto quiere decir que el padecimiento no se restringe a cuestiones del cuerpo físico, sino más bien a todo el ser: espíritu, cabeza y cuerpo. Y cada región influirá en la otra de manera efectiva o negativa según el precaución que se tenga.
Las anomalías de la salud u otros inconvenientes de la vida acostumbran a traer consigo un bulto de componentes que te afectan en todos y cada uno de los sentidos: malestar, desconfianza, diagnóstico, incremento de síntomas, tratamientos, temor, vergüenza, aislamiento, dependencia, cansancio, falsas esperanzas. Hasta el punto de que, habitualmente, se transforman en una trascendente cadena de pérdidas que frecuentemente sobrepasan la aptitud de afrontamiento: en el momento en que ahora has recibido una pérdida, hace aparición otra para asimilarla y también integrarla. Por este motivo, es primordial estimar a la persona en todos y cada uno de los campos de su salud, puesto que la patología no solo actuará a nivel físico, sino más bien asimismo a nivel espiritual y sensible.