Hay algunas técnicas sicológicas que nos tienen la posibilidad de contribuir a dejar atrás el pasado y centrarnos en esos recuerdos que verdaderamente nos hacen bien en nuestra vida. Cambia tu forma de meditar. Deja ciertos amigos atrás. Detallar misiones u objetivos. Aprende a perdonar. Deja de procurar impresionar a la multitud. ¿Mas cosas? ?
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Dejar caer para sanar
Fantasear transcurrido un tiempo solo debe ser útil como referencia, es como un hábito de supervivencia. Desde pequeños aprendemos a partir de recuerdos, por servirnos de un ejemplo, si un día de niño pones la mano en la estufa y te quemas, esto crea un recuerdo que te va a ayudar a comprender más adelante que haciendo esa acción. tiene una consecuencia desapacible. .
Así sea que la experiencia sea buena o mala, te va a llevar a una lección.
La clave es perdonar
Hay situaciones en los que si no olvidas el pasado, vuelves a rememorar la situación. La persona no puede deshacer este nudo pues no ha olvidado lo que pasó y esto causa que los pensamientos malos vuelvan a florecer.
Debemos dejar en claro que perdonar no significa eliminar lo sucedido u olvidarlo verdaderamente. Absolutamente nadie puede llevar a cabo esto pues nuestra memoria nos lo recuerda. Pero, el perdón es requisito a fin de que la persona no se quede atrapada en conmuevas pasadas. Es un ademán importante para la independencia.
Olvídate de los que te hicieron daño.
Como ahora se dijo, rememorar lo que nos logró padecer impide que estas lesiones cicatricen. Y, para ser claros, almacenar resentimiento hacia esa persona (e inclusive mostrarlo abiertamente) de manera frecuente no va a hacer que la otra persona se sienta peor, pero somos nosotros los que nos encontramos mucho más arraigados en lo que pasó.
Proseguimos pensando exactamente en qué podíamos decir o llevar a cabo a fin de que él “pagara” con lo que nos logró y, de esta manera, proseguimos frustrados y reviviendo nuestro mal con estos recuerdos.
Centrarse en el presente
De las mejores tácticas para sobrepasar el pasado es cambiar el foco de atención, dejar de dar de comer los recuerdos y comenzar a invertir energía física y mental en gozar el en este momento. Entrenar la atención plena puede contribuir a aliviar tu cabeza, despejarla de pensamientos lacerantes y empezar a ver cada instante.
Para llevar a cabo esto, solo implica tus cinco sentidos en todos y cada actividad que hagas, como ducharte, elaborar la comida, caminar en la naturaleza, leer un libro. Mantente enfocado en los fragancias, colores, texturas y sonidos y envuélvete en tu presente. Con la práctica, vas a ver como desaparecen los pensamientos y recuerdos intrusivos.
Márcate misiones y objetivos en tu vida
La mejor forma de parar de pensar anteriormente y encararte a las malas ocasiones es ofrecerle sentido a tu vida, y para eso lo que tienes que llevar a cabo es fijar misiones o misiones de atención que te asistirán a proyectarte hacia el futuro, viviendo el presente y dedicando tu tiempo a él tanto como resulte posible. Con esto te vas a dar cuenta del exitación que da en el momento en que decides dejar de dedicar una parte de tus horas a llevar a cabo cosas que gozas, o sencillamente contribuir a el resto.
Olvida lo que te logró sentir mal y regresa a comenzar. Si el sitio en el que te hallas te trae bastantes pésimos recuerdos, trata de reconstruir tu vida en otro rincón y si no andas en condiciones de llevarlo a cabo, sencillamente empieza a llevar a cabo novedades que te hagan tener una exclusiva visión de las cosas y más que nada más que nada. saber gente buena que aporte algo positivo y te realice olvidar lo que es necesario para ti sacarte de la cabeza.